Todo empieza cuando decides comenzar a beber agua para adelgazar y
sustituyes cualquier antojo por un sorbo de la botella. Al llegar a los
dos litros, los beneficios como una mejor piel, mejor digestión y
pérdida de peso te entusiasman tanto que sigues y sigues.
Cuando menos te lo esperas, estás bebiendo hasta siete litros al día. El consumo excesivo de agua se denomina potomanía o hidrolexia, y se trata de un trastorno que consiste en una compulsión por beber grandes cantidades de agua independientemente de si se tiene sed o no. En su manifestación más patológica se encuadra dentro de un trastorno de ansiedad obsesivo – compulsivo conocido como polidipsia primaria o psicógena.
Muchos son los factores que pueden llevar a este trastorno. Entre ellos podemos citar:
• Asociados a anorexia nerviosa: para obtener saciedad o para aumentar momentáneamente el peso en el momento de ser evaluadas por un profesional o familiar.
• Enfermedades psiquiátricas: trastorno de la personalidad, personalidades histéricas y cuadros delirantes.
• Trastornos hipotalámicos (allí está el centro que regula la sed).
• Diabetes mellitus (suele tener tres síntomas: polidipsia –exceso de sed-, poliuria –exceso de orina- y polifagia –exceso de hambre-).
• Enfermedades renales crónicas.
• Medicamentos: uso de antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos, litio, etc.
No debe confundirse esta patología con la dipsomanía, que es el resultado de beber excesivamente, pero está más relacionado con tóxicos líquidos de rápida ingesta, generalmente asociados al alcohol.
Las consecuencias de este desajuste psiquiátrico pueden ser dramáticas. El cuerpo concentra una cantidad muy baja de sodio e impide el funcionamiento normal del cerebro. Si el consumo diario de líquidos supera los cuatro litros el cuerpo humano, usando sus riñones, no podrá procesarlos, dando origen concreto al óbito (fallecimiento) por intoxicación con agua o hiperhidrosis que se ve agravada si ese consumo se realiza en un corto intervalo de tiempo. Los bebedores compulsivos de líquidos no tóxicos deberán preocuparse si empiezan a manifestar alguno de los siguientes síntomas en su vida cotidiana y estos empiezan a ser frecuentes.
• Calambres musculares: debido a la dilución del sodio y del potasio.
• Hiponatremia: concentración baja de sodio en sangre
• Náuseas.
• Letargia, cefalea.
• Convulsiones.
• Parálisis.
• Insuficiencia cardiaca congestiva.
¿Tiene tratamiento?
Sí, pero el tratamiento variará de acuerdo a la causa de la potomanía. Inicialmente, algunos casos son tratados con diuréticos a fin de evitar la hiponatremia. Pero esto es paliativo, sólo ataca al síntoma, no a la causa.
En el caso que haya sido ocasionado por algún medicamento, deberá evaluarse la posibilidad de reemplazo por otro tipo de droga.
Si es un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia. Otras causas dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos clínicos, psicólogos, nutricionistas y médicos especialistas).
Conclusiones orientadoras:
Sabemos que el ser humano puede eliminar a través del riñón de 10 a 14 mililitros de agua por minuto (600-840 ml/hora), por lo tanto, no se debería superar ese límite. Una buena forma de calcular cuánto líquido debemos beber es aportar un litro de agua por cada 1000 Kcal., que se consumen (si hablamos de una media de consumo de 2000 Kcal./día, ahí obtenemos los famosos “dos litros diarios”). Si estamos expuestos al calor este valor debe aumentar junto con la temperatura y la transpiración.
En el caso de practicar algún deporte, el aporte de líquido es diferente y requiere ser tratado en profundidad.
Cuando menos te lo esperas, estás bebiendo hasta siete litros al día. El consumo excesivo de agua se denomina potomanía o hidrolexia, y se trata de un trastorno que consiste en una compulsión por beber grandes cantidades de agua independientemente de si se tiene sed o no. En su manifestación más patológica se encuadra dentro de un trastorno de ansiedad obsesivo – compulsivo conocido como polidipsia primaria o psicógena.
Muchos son los factores que pueden llevar a este trastorno. Entre ellos podemos citar:
• Asociados a anorexia nerviosa: para obtener saciedad o para aumentar momentáneamente el peso en el momento de ser evaluadas por un profesional o familiar.
• Enfermedades psiquiátricas: trastorno de la personalidad, personalidades histéricas y cuadros delirantes.
• Trastornos hipotalámicos (allí está el centro que regula la sed).
• Diabetes mellitus (suele tener tres síntomas: polidipsia –exceso de sed-, poliuria –exceso de orina- y polifagia –exceso de hambre-).
• Enfermedades renales crónicas.
• Medicamentos: uso de antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos, litio, etc.
No debe confundirse esta patología con la dipsomanía, que es el resultado de beber excesivamente, pero está más relacionado con tóxicos líquidos de rápida ingesta, generalmente asociados al alcohol.
Las consecuencias de este desajuste psiquiátrico pueden ser dramáticas. El cuerpo concentra una cantidad muy baja de sodio e impide el funcionamiento normal del cerebro. Si el consumo diario de líquidos supera los cuatro litros el cuerpo humano, usando sus riñones, no podrá procesarlos, dando origen concreto al óbito (fallecimiento) por intoxicación con agua o hiperhidrosis que se ve agravada si ese consumo se realiza en un corto intervalo de tiempo. Los bebedores compulsivos de líquidos no tóxicos deberán preocuparse si empiezan a manifestar alguno de los siguientes síntomas en su vida cotidiana y estos empiezan a ser frecuentes.
• Calambres musculares: debido a la dilución del sodio y del potasio.
• Hiponatremia: concentración baja de sodio en sangre
• Náuseas.
• Letargia, cefalea.
• Convulsiones.
• Parálisis.
• Insuficiencia cardiaca congestiva.
¿Tiene tratamiento?
Sí, pero el tratamiento variará de acuerdo a la causa de la potomanía. Inicialmente, algunos casos son tratados con diuréticos a fin de evitar la hiponatremia. Pero esto es paliativo, sólo ataca al síntoma, no a la causa.
En el caso que haya sido ocasionado por algún medicamento, deberá evaluarse la posibilidad de reemplazo por otro tipo de droga.
Si es un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia. Otras causas dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos clínicos, psicólogos, nutricionistas y médicos especialistas).
Conclusiones orientadoras:
Sabemos que el ser humano puede eliminar a través del riñón de 10 a 14 mililitros de agua por minuto (600-840 ml/hora), por lo tanto, no se debería superar ese límite. Una buena forma de calcular cuánto líquido debemos beber es aportar un litro de agua por cada 1000 Kcal., que se consumen (si hablamos de una media de consumo de 2000 Kcal./día, ahí obtenemos los famosos “dos litros diarios”). Si estamos expuestos al calor este valor debe aumentar junto con la temperatura y la transpiración.
En el caso de practicar algún deporte, el aporte de líquido es diferente y requiere ser tratado en profundidad.