No
tienes que controlar tus pensamientos; solo tienes que dejar de permitirles que
te controlen a ti.
No
te creas todo lo que piensas.
Cuando
cambias el modo en que ves las cosas, las cosas que ves cambian también.
Actúa
del modo en que deseas sentirte.
Si
siempre haces lo que siempre has hecho, siempre obtendrás lo que siempre has
tenido.
La
preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del
hoy.
Si
un problema puede solucionarse, si la situación es tal que puedes hacer algo al
respecto, entonces no hay necesidad de preocuparse. Si no puede arreglarse, entonces
preocuparse no tiene utilidad alguna.
La
vida es un diez por ciento lo que experimentas y un noventa por ciento cómo
respondes a ello.
Un
día de preocupación es más agotador que un día de trabajo.
No
puedes retorcerte las manos y arremangarte al mismo tiempo.
Mi
vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.
La
regla número uno es: no te preocupes por las cosas pequeñas. La regla número
dos es: todo son cosas pequeñas.
Cuando
uno siente un gran temor de lo que es inminente, uno siente cierto alivio
cuando el problema ha llegado.
El
buen humor es un tónico para la mente y el cuerpo. Es el mejor antídoto para la
ansiedad y la depresión.
En
el momento en que empecé a tratar mi trastorno de ansiedad social, empecé a sentirme
mejor.
¿Cómo
puede una persona afrontar la ansiedad? Puedes intentar lo que hizo este tipo.
Se preocupaba tanto que decidió contratar a alguien para que se preocupara por
él. Encontró a un hombre que aceptó por un sueldo de 200.000 dólares al año.
Tras aceptar el trabajo, la primera pregunta que le hizo a su jefe fue:
"¿De dónde vas a sacar 200.000 dólares al año?" Y éste le contestó:
"Esa es ahora tu preocupación".