La mediación es un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos a través del cual las partes se reúnen con un tercero, el mediador, que los asiste en la negociación de un acuerdo que contemple los intereses de cada una de ellas.
La mediación ayuda a un menor coste emocional y como alternativa extrajudicial, no se basa en los derechos legales sino en lo que es más adecuado.
PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN
El marco de aplicación de la mediación más conocido es el
familiar y, más concretamente, en las separaciones matrimoniales de mutuo
acuerdo, tratando los aspectos relativos a la ruptura de forma que se tengan en
cuenta los intereses de los hijos y de cada uno de los progenitores, siendo la
pareja, y no el mediador, quien encuentra y decide la solución acordada a los
distintos temas en los que inicialmente no existía acuerdo, encontrado así “su
propia” forma de resolverlos.
En este mismo ámbito familiar, la mediación también facilita
un espacio para resolver otras muchas diferencias y conflictos entre las
personas que conviven dentro de la unidad familiar, como por ejemplo, los
enfrentamientos entre padres e hijos adolescentes o mayores de edad que
continúan bajo el mismo techo por asuntos tales como los horarios, aportaciones
económicas, uso de los recursos y bienes familiares, etc.
OBJETIVOS DE LA MEDIACIÓN