Está como el tiempo,
inestable!
¡Nunca se sabe de qué pie se va a levantar!
¡Primero hay que mirarle
la cara para ver qué día tiene!
Son, entre otras muchas, frases que utilizamos
respecto a algunas personas al tenerlas clasificadas como inestables, de humor
siempre cambiante.
Se trata de personas
difíciles de tratar, ya sea como pareja, como amigos, o a nivel de compañeras
de trabajo o de estudios, y fácilmente son rechazados por su entorno.
No se trata de que cambien
de ánimo sin más, sin razón alguna, no. Siempre hay algo que ha motivado ese
enfado, o esa explosión de optimismo, pero se trata muchas veces de algo
insignificante, de cosas que para los demás apenas suponen un cambio de humor
apreciable.
Estas personas están dejando
aparecer sus emociones sin más, sin filtrar, depurar, o relativizar, lo que
sienten, sin dejar actuar su parte más fría y calculadora, sin usar sus
controles intelectuales. Viven las emociones "en bruto".
Y no se trata para nada de
que no sean inteligentes, pues cuando han de realizar una tarea intelectual
pueden hacerlo como cualquier otra persona, al menos si esa tarea intelectual
no les supone una reacción emocional, es decir si no les trae emociones, pues
de lo contrario estas les volverían a dominar y a desbordar.
Si observamos a los niños,
veremos cómo son también muy extremos y muy cambiantes en sus emociones, y como
los cambios pueden estar motivados por cosas pequeñas "cosas de
niños", pero al llegar la pre-adolescencia esto empieza a cambiar, las
cosas se relativizan, las emociones se filtran y se depuran. Es en esta etapa,
en torno a la pre-adolescencia, donde debe estar la explicación de esta falta
de maduración de los circuitos cerebrales, que hacen de nosotros un todo
armonioso y relativamente predecible y estable.
El ambiente en el que se han
formado estas personas, junto con algunas predisposiciones innatas, pueden
explicar esta forma de funcionar, que afortunadamente no impide el normal
desarrollo de la persona salvo que se trate de casos muy extremos.
No es difícil encontrar en
la familia de las personas con esta forma de funcionar, que alguno de los
progenitores responde al mismo patrón, que tiene esta misma falta de depuración
de sus emociones, e incluso que ha manejado a quienes están a su alrededor con
estas manifestaciones emocionales extremas.
Otro problema, aparentemente
similar al que venimos comentando, pero cualitativa y cuantitativamente
distinto, es la psicosis maníaco depresiva. En este caso la persona puede en
algunos momentos sentirse eufórica, muy activa, hasta el extremo de estar
varios días sin descansar, mientras que otras veces cae en una auténtica
depresión. Estas personas, pueden no sólo exagerar las cosas como las
anteriores, sino que a veces pueden perder de vista la realidad, y difícilmente
pueden llevar una actividad laboral y familiar normal, necesitan medicación y a
veces ingreso hospitalario.
Si convives con una persona
de ánimo siempre cambiante, dile francamente lo difícil que te resulta su forma
de ser.
SI TIENES QUE COMPARTIR TU
TIEMPO CON UNA PERSONA ASÍ
- No pienses que sus estados de ánimo no son reales; lo son, aunque rápidamente sean sustituidos por otros.
- No dudes en decirla lo molesto que te resultan estos cambios, y como te confunden. Debes admitirla con sus cambios, pero también ella a ti con tu forma de tomártelos.
- No permitas que debido a este problema te llegue a utilizar, o a dañar en algún sentido. Es una persona responsable de sus actos.