2013/06/01

Ansiedad por Separación: el miedo de los niños a estar solos



Los bebés sufren ante el alejamiento físico de los padres puesto que los necesitan para vivir. Pasados los dos años el miedo es excesivo o el estado de pánico, puede indicar un trastorno de ansiedad por separación. Tratarlo a tiempo evita que el niño sufra depresión y fobias.
El niño está seguro cuando estás cerca ya que siente que a tu lado nada le puede pasar. Esa sensación de seguridad desaparece cuando te vas, por ese motivo algunos niños lloran desesperadamente. El bebé siente que le dejas a su suerte y sabe que no podría sobrevivir.
Este temor suele surgir a partir de los ocho meses  y termina aproximadamente cuando el pequeño cumple un año. A partir de ese momento el bebé comienza a entender que las personas encargadas de su cuidado se van pero no le abandonan. En esos momentos comienzan a entender el sentido del tiempo. Si el crecimiento psicológico del niño ha sido adecuado este miedo irá disminuyendo paso a paso, de esta forma sus miedos pasarán al siguiente nivel, probablemente a la oscuridad o entablar relaciones con personas a las que no conoce.
A partir del año muchos niños expresan su miedo en situaciones imaginadas, como el típico monstruo debajo de la cama. Debemos escucharle y en ningún caso reírnos de él, ya que está confiando en nosotros. Se cree que catorce de cada cien niños padecen ansiedad por separación, en especial la que tiene lugar los primeros días de cole. Paulatinamente, cuando el niñó reconozca que es una situación temporal, ese miedo desaparecerá.
Cuando los casos son más serios el niño puede sufrir trastornos de ansiedad, con llantos desconsolados, con mucha tristeza o problemas para respirar entre otros. Nos podemos dar cuenta de que es ansiedad por los síntomas físicos como escalofríos, vómitos o agitaciones. Estos niños suelen dormir en la cama con sus padres ya que de otra forma sufrirían pesadillas.
Esta patología también se da en adolescentes, aunque es inusual. Los síntomas suelen ser más fuertes y los detonantes pueden ser el cambio de colegio o problemas familiares.
El diagnóstico puede ser complicado, pues a veces se confunde con fobia escolar, que es un trastorno muy normal en niños de cinco años y puede llegar hasta los doce. Unido al propio problema, pueden surgir complicaciones escolares y sociales por la inexplicable falta de asistencia al colegio.
Los porqués de este trastorno pueden ser variados. Una de las principales causas es la sobreprotección por parte de los cuidadores. Es muy probable que alguno de los progenitores de estos niños haya sufrido esta ansiedad y se la esté trasmitiendo inconscientemente. También es posible que el pequeño haya sufrido alguna situación traumática cuando no estaba cerca de sus padres.
Para superar la ansiedad por separación es importante hacer que el niño sea consciente del problema y darle herramientas para diferenciar los síntomas de estos temores. Los especialistas suelen aconsejar que escriba cuáles son sus miedos, después tendrá que ordenarlos en grupos según el nivel de ansiedad que le provoquen, para poder trabajar sobre ellos. En la terapia es habitual el uso de juegos en los que se interpretan situaciones que le provocan ansiedad y se interpretan diferentes soluciones. También se les enseña métodos de relajación. En estas técnicas los especialistas necesitan el apoyo de los padres, por lo que les pedirán que asistan a las consultas del niño para trabajar las técnicas juntos.
Si el trastorno de ansiedad no es tratado, es muy probable que el niño padezca desordenes como pánico o agorafobia en la edad adulta.
Para evitar que nuestro hijo sufra con la separación es importante hacerlo de una manera natural. Hay que evitar separarse del niño si tiene hambre o tiene sueño, ya que esto le hará sentirse más vulnerable. Otro factor a tener en cuenta es la comunicación, antes de irnos tenemos que explicarle con todo lujo de detalles a qué hora volveremos, pero con palabras que él entienda, si vamos a volver después de la siesta tenemos que decírselo. Muchos especialistas aconsejan los muñecos anti-miedo como recordatorio de la vuelta de los padres. Para que el pequeño vaya entendiendo que los padres siempre vuelven podemos ir probando a dejar al niño jugando en su habitación mientras tú vas a la tuya a hacer la cama, pero no sin antes explicarle que vas a la habitación de al lado y que ahora vuelves. Seguramente te llame unas cuantas veces para asegurarse de que no te has ido, en ese momento con toda tranquilidad le contestas y él se tranquilizará cada vez más.
Y por último recuerda que los niños son muy susceptibles a nuestro estado de ánimo, así que antes de irnos debemos relajarnos y actuar normalmente, nunca mentirles para que se tranquilicen, nunca decirle que no nos vamos si en realidad nos vamos a ir.