Hoy queremos
indagar en si esto de escribir tiene o no algún beneficio. No estamos
planteando si tu profesión es la de escritor, o si tu trabajo consiste en
redactar informes, la cuestión es mucho más simple; ¿reflejas en algún sitio tus vivencias, tus experiencias vitales?
Todos en mayor o menor medida conocimos en nuestra juventud a personas que
relataban sus experiencias en un diario. Tal vez tú fueses uno de ellos, y con
el paso del tiempo has perdido esa costumbre. O quizás no lo hicieras nunca
¡Menudas preguntas que hacemos!
Fuera
como fuese, el caso es que a estas alturas de siglo todo el mundo escribe
mensajes cortos, mensajes a la familia, amigos, pareja, compañeros. Pero la
forma de escribir ha variado enormemente. Ahora son frases escuetas, directas,
responden a una pregunta o la plantean a través de un dispositivo móvil. Sin
embargo, antiguamente y seamos claros, no hace muchos años, aunque existía el teléfono
la gente se comunicaba a través de cartas.
Por supuesto que las había escuetas, pero no eran pocas las veces en las que
las personas utilizaban la carta para desahogarse, reflejando en ellas sus
estados de ánimo, sus pesares y alegrías. De algún modo, era otra manera de
plasmar un diario personal a compartir
con otras personas. Y aunque el diario tuviera un carácter más íntimo y
privado, ambos permitían una reflexión más pausada sobre
nuestra situación vital.
Todo
esto viene a cuento de que numerosos psicólogos, psiquiatras, filósofos y
personas que se dedican al desarrollo personal recomiendan escribir, pero no
cualquier tipo de escritura sino la escritura sobre uno mismo y sus vivencias
de forma pausada, a modo de ejercicio de reflexión que nos permita conectar con
las cosas importantes de la vida. Porqué quizás como decía Carl Gustav Jung “quien
mira hacia fuera; sueña pero quien mira hacia dentro; despierta”. Y este despertar
la escritura puede tener mucho que decir.
La
vida actual la vivimos de forma tan acelerada que una manera adecuada, simple y
barata de calmar su trepidante ritmo y darle sentido consiste en reflejar nuestras vivencias por escrito. Ello nos permitirá cuestionar si
nuestros planteamientos vitales son tan adecuados como creíamos, si nuestra
actitud es la más idónea, si lo que hacemos es lo que deseamos hacer, si
nuestros propósitos son realmente nuestros o de otros; si nuestra
insatisfacción depende de los otros o de nosotros mismos.
Es
decir, escribir te ayuda a conocerte porque antes o después
terminas por expresar lo que sientes. Cuando escribes te vas liberando de tus
pensamientos. Si algo te enojaba llegas a ver que le dabas más importancia de
la que en realidad tenía, le quitas dramatismo y eso ocurre porque
mientras escribes reflexionas; no lo haces tan deprisa como pensado solamente.
Saca de adentro todo lo que te molesta
Decía
José Luis Sampedro
que “escribir era vivirse, conocerse, ser arqueólogo de uno mismo”. Ignacio Solares, escritor
y director de la Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México, dice al
respecto “se debe escribir para uno mismo para conocerse y descubrirse, para
encontrar sus yo secretos. La escritura inevitablemente es expresión del
inconsciente”.
Los
psicólogos afirman que expresar las emociones es esencial para la salud
física y mental. Al expresarlas te liberas de ellas. El ponerle nombres y
apellidos para uno mismo, sin tapujos, sin tener que dar la cara, sin tener que
obtener un resultado frente a los demás, es una de las mejores terapias de autoayuda que puedes tener, y la escritura
una de las mejores formas conseguirlo.
Existen
múltiples estudios sobre los beneficios de escribir acerca de nuestras
vivencias, traumas y dolores. Entre ellas, podemos citar la conocida “terapia del diario” llevada a cabo por Susan Bauer-Wu con
pacientes oncológicos durante cuatro días al mes y repetirlo al cabo de ese
tiempo. Este tipo de terapia basada exclusivamente en la escritura ha
demostrado la eficacia en la mejora de los estados emocionales de las personas.
Los pacientes lograban una reconciliación de conflictos emocionales,
disminución de los síntomas depresivos (Carnegie
Mellon University) tenía una menor ansiedad, mejoría del sueño
nocturno (University of
Texas), una mejoría de la autoestima.
Expresa tus sentimientos, traumas y frustraciones
La
propia Susan Bauer recomienda que no es preciso llegar a la enfermedad para
beneficiarse de este tipo de terapia, ya que la escritura sobre nuestra vida
y la reflexión asociada a la misma, es una forma de aumentar la calidad
de vida.
James Pennebaker, psicólogo de la Universidad de
Texas en relación a los beneficios de la escritura comentaba “la escritura
expresiva provoca una serie de efectos en cascada sobre la salud física:
estimula la protección inmunológica, relaja y mejora la calidad del sueño,
ayuda a controlar la presión arterial y reduce el consumo de alcohol y
fármacos”.
El
mismo comenta que no debe uno fijarse ni en las formas ni en las reglas
gramaticales, ya que es un escrito absolutamente personal y que no debe
compartirse con nadie. Así dice “en tu escrito explora el acontecimiento y cómo
te ha afectado realmente, cómo te sentiste cuando ocurrió y cómo te hace sentir
ahora”. Todo esto debe estar relacionado con el pasado. Al menos debe de pasar
un tiempo prudencial desde el acontecimiento a reflejar, que para Pennebaker sería de
cuatro semanas como mínimo. Así pues “basta con relatar un hecho traumático
para que su poder destructivo ceda. Escribir cambia la forma de
pensar, exige
detenernos sobre la experiencia y revaluar las circunstancias”.
Por
su parte, el psiquiatra Arciero
Giampiero, especialista en identidad personal matiza “los
ejercicios de escritura emocional facilitan la tarea de secuenciar
narrativamente los hechos traumáticos permitiendo construir un puente entre
quiénes éramos antes del suceso y quiénes somos en la actualidad”
En
definitiva, escribir la experiencia en un diario te obliga a organizar y a
integrar tus pensamientos y vivencias. Dicho de otro modo, escribir te ayuda a darle sentido a tu vida, a tus
adversidades y traumas. Cuando una experiencia la dotamos de sentido y
estructura, parece mucho más manejable que cuando se representa mediante una
mezcolanza de pensamientos e imágenes caóticos. Por lo tanto, lo que conseguimos a través de esa escritura es ser un poco más felices.