Durante
muchos años, han circulado una gran cantidad de mitos entorno a lo que es la
hipnosis y lo que podía suceder a una persona que fuese hipnotizada. Muchos de
estos mitos, están totalmente implantados, en la actualidad, en la mente del
público en general así como, en la cabeza de muchos profesionales de la salud
que llegan a negarse a las prácticas y terapias con hipnosis debido a un
desconocimiento de lo que es la hipnosis. Algunos de estos mitos, para tener una
idea clara de lo que NO es
la hipnosis, son:
- Las personas
hipnotizadas pierden la conciencia.
Esto no sucede así, si acaso, se mejora la concentración y se focaliza de una forma poco usual. Ya que, si la persona perdiese la conciencia el hipnotizador no podría comunicarse con la persona hipnotizada y no podría "sacarle" de ese estado. - La hipnosis es
una forma de sueño.
Este mito se mantiene debido a la creencia popular, que para ser hipnotizado hay que tener los ojos cerrados. El hecho de cerrar los ojos es porque se facilita la concentración, pero se puede hipnotizar a una persona con los ojos abiertos como ocurre en la llamada "hipnosis activa" realizada, entre otros, por Hilgard. - La hipnosis
implica una pérdida de la voluntad.
Si no hay voluntad, por parte de una persona, para ser hipnotizada no habrá hipnosis. No puede inducirse la hipnosis sin la colaboración del sujeto. - La persona
hipnotizada se encuentra bajo el control del hipnotizador.
Esto es falso, ya que las personas hipnotizadas no se hallan dominadas por el hipnotizador, pues poseen completamente intacta la capacidad de tomar decisiones. Si se le manda a una persona que haga algo en contra de su voluntad o de su código de conducta personal, ésta saldría de inmediato del estado hipnótico. Las personas "obedecen" a lo que ellas quieren, nunca contra su propia voluntad. - En hipnosis
uno puede recordar con exactitud todo lo que le ha sucedido a lo largo de
su vida.
Algunas personas piensan que una vez hipnotizadas pueden recordar con una precisión absoluta todas las experiencias pasadas, pero esto no sucede así. - El éxito para
conseguir que una persona entre en un trance hipnótico se debe al
"poder" del hipnotizador.
Cualquier persona puede hipnotizar, sea hombre o mujer, con una voz aguda o grave, etc. Y no debe tener ningún "don" para aprender la hipnosis y las técnicas para hipnotizar. - Las personas
no pueden hablar cuando se encuentran en hipnosis.
Como en la hipnosis ni se pierde la conciencia, ni es un sueño; es evidente que una persona cuando está en trance puede hablar, abrir los ojos, moverse, andar, correr, montar en bicicleta... es decir realizar cualquier actividad, sobre todo si el hipnotizador le dice que lo haga. - Las personas
no pueden recordar qué pasó mientras están hipnotizadas.
La mayoría de la gente recuerda todo o casi todo lo que se le dijo e hizo cuando estaba en trance, algunas personas presentan una amnesia espontánea una vez deshipnotizadas. No obstante, lo normal es que para que se de amnesia después de ser hipnotizado; ésta sea "provocada" por el hipnotizador. - La hipnosis
crea dependencia del sujeto respecto del hipnotizador.
Debido a que en la terapia con hipnosis uno de los objetivos que con más frecuencia se busca es que la persona aprenda auto-hipnosis, y por tanto se pueda hipnotizar a sí mismo: no se puede decir que las personas se vuelvan inevitablemente dependientes del hipnotizador, ya que sucede todo lo contrario. - La hipnosis es
una terapia.
La hipnosis no es una terapia por sí misma. La hipnosis sólo es una técnica específica que puede ser provechosamente empleada por los profesionales de la salud dentro del contexto de la práctica profesional de cada uno. - Las personas
hipnotizables son mentalmente débiles, incultos, crédulos o poco
inteligentes.
Hay una correlación ligeramente positiva entre la inteligencia y la hipnotizabilidad; ya que en la hipnosis se requiere un cierto grado de concentración que es más difícil mantener por las personas menos inteligentes. - La hipnosis es
peligrosa.
Esta hipótesis no sólo nunca se ha observado, ya que miles de sujetos han sido hipnotizados en varias ocasiones sin apreciarse ningún daño psicológico ni físico, sino todo lo contrario, un beneficio. - Para ser
hipnotizado la persona debe estar relajada.
Aunque generalmente se suele inducir el trance hipnótico a partir de una relajación, no es estrictamente necesario relajar antes a una persona para hipnotizarla, de hecho puede inducirse el estado hipnótico a una persona que se encuentra nerviosa o provocándoles un alto nivel de activación. - La persona
hipnotizada si no se la despierta puede quedar en trance indefinidamente.
Las personas pueden salir del trance por sí mismas aunque el hipnotizador no le "saque" del estado hipnótico, pues la conciencia no se pierde y la persona se daría cuenta de que tiene que salir del estado hipnótico o bien caería en un sueño fisiológico del que pasado un tiempo se despertaría. - La hipnosis
implica siempre un mismo ritual monótono de inducción.
Cada persona puede ser hipnotizada por un método distinto y no siempre es necesario hipnotizarla de la misma forma, a diferencia de otras técnicas de relajación que sí conllevan un ritual de aprendizaje y ejecución.